Como sabéis, existe un tipo de agricultura ecológica al margen de las cadenas de distribución, como es el caso de muchos países en vías de desarrollo, donde los sistemas agrícolas sin duda cumplirían los requisitos que impone el certificado orgánico.
Esta agricultura puede denominarse “orgánica” siempre que se lleve a cabo con un propósito consciente. Puede suceder que encontremos cultivos donde no se utilicen insumos sintéticos y, sin embargo, los suelos estén degradados por falta de una gestión compensatoria de enriquecimiento del suelo. Este tipo de agricultura no es sostenible y no podría denominarse “orgánica”.
En cualquier caso, según los estudios realizados, esta práctica incrementaría la productividad en conjunto de los sistemas agrícolas y ahorraría gastos en insumos externos.
En los países desarrollados, sin duda habéis oído hablar de grupos locales de apoyo a este tipo de agricultura orgánica, con programas específicos para la distribución de productos orgánicos de temporada donde se establece un punto de reparto y se hace entrega a domicilio. En estos casos los precios suelen equipararse a los de los productos orgánicos certificados, o bien, se establece un acuerdo voluntario entre productor y consumidor.
En los países desarrollados, sin duda habéis oído hablar de grupos locales de apoyo a este tipo de agricultura orgánica, con programas específicos para la distribución de productos orgánicos de temporada donde se establece un punto de reparto y se hace entrega a domicilio. En estos casos los precios suelen equipararse a los de los productos orgánicos certificados, o bien, se establece un acuerdo voluntario entre productor y consumidor.
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